jueves, 12 de mayo de 2011

¿Existió Jesús realmente? Introducción

A juzgar por lo que uno puede leer en varios foros y páginas webs, hay muchas personas que dudan o niegan que Jesús de Nazaret haya existido. Por lo tanto, un blog que trata sobre el origen del Cristianismo, conviene que comience por esta cuestión.

Cuando alguien escucha o lee algo, puede:

·         Creérselo o no creérselo (A)
·         Buscar por su cuenta para formarse una opinión a favor o en contra (B)
·         Pasar olímpicamente del tema (C).

La opción más científica es la B. Sin embargo, como dijo Einstein, todos somos ignorantes, pero no todos ignoramos las mismas cosas. Por lo tanto, por falta de tiempo o por ignorancia, uno no puede investigar por su cuenta todo lo que escucha o lee, por lo que todos formamos parte algunas veces algunas veces del Grupo A o C.

A la hora de realizar un acto de fe, uno puede creer en la opinión “oficial” o mayoritaria de los científicos (Grupo A1) o bien puede creer todo lo contrario (Grupo A2), pensando en teorías de la conspiración. El que la gente se crea lo que dicen libros de poca calidad como El Código da Vinci, las cadenas con bulos que circulan por Internet o el hecho de que millones de estadounidenses se crean que Obama es musulmán, permite ver que son muchos los que creen cualquier tontería que leen sin planteárselo, simplemente por lo atractivo que resulta pensar en una verdad oculta por obra de una grandiosa conspiración.

En esta serie que iniciamos hoy acerca de la existencia o no de Jesús de Nazaret como personaje histórico, el autor desea que los lectores formen parte del Grupo B y que investiguen por su cuenta, motivo por el cual voy a facilitar obras y enlaces de consulta.

Jesús, es considerado Dios por una amplísima mayoría de cristianos (hay confesiones cristianas minoritarias que no lo consideran Dios), un profeta por los musulmanes y bahaíes y, en fin, un hombre normal por judíos, miembros de otras religiones y no creyentes. Lo que vamos a tratar aquí es si en el Siglo I existió o no un predicador judío llamado Jesús que esté en la base de lo que hoy llamamos Cristianismo. Si ese hombre es Dios, un profeta o un simple mortal, queda reservado a las creencias de cada uno, que respeto.

En primer lugar, expondremos de forma aséptica opiniones en contra de la existencia de Jesús de algunos pensadores del Grupo B, que han reflexionado sobre el tema para concluir que Jesús no existió. A continuación, expondremos y refutaremos algunos autores de panfletos escritos o audiovisuales pensados para encandilar a gente del Grupo A2 que cree cualquier tontería sin pararse a pensar. Una vez expuestas las teorías negacionistas, veremos qué piensan autores del Grupo B que, tras un estudio, concluyen que Jesús existió.  

Quizás algún amable lector espere que se demuestre científicamente la existencia o no de Jesús. Lamentablemente, me temo que no es posible. Cito unas palabras del historiador Bart EHRMAN:

Permítanme empezar por explicar en palabras sencillas qué hacen los historiadores. Los historiadores tratan de reconstruir, como mejor pueden, lo que probablemente sucedió en el pasado. En realidad no podemos conocer el pasado porque ya no está. Creemos saber lo que sucedió en ciertos casos porque tenemos buena evidencia, pero en otros casos no sabemos, y aún en otros sencillamente tenemos que levantar las manos con desesperación. Es relativamente seguro que Bill Clinton ganó las elecciones de 1996. Está un poco menos claro quién ganó las siguientes. Es bastante claro que Shakespeare escribió sus obras, pero existe algo de controversia. ¿Por qué? Fue hace cientos de años, y surgen diferentes opiniones de los expertos. Es probable que César haya cruzado el Rubicón, pero no tenemos el testimonio de muchos testigos oculares. Los historiadores tratan de establecer niveles de probabilidad de lo que sucedió en el pasado. Algunas cosas son absolutamente ciertas, otras son probables, algunas son posibles, de otras decimos “quizás” o “probablemente no”.  

Por lo tanto, de lo que se trata es de ver qué es más probable, si la existencia de Jesús o la inexistencia. ¿A quién corresponde la carga de la prueba, a quién afirma o a quién niega? La respuesta es muy sencilla: a ambos por igual. Tenemos un hecho indiscutible: el Cristianismo. Quien considere que el Cristianismo nació sin Jesús, debe intentar demostrar que esa opción es más probable que la de un Cristianismo con Jesús.

Saludos cordiales

5 comentarios:

  1. Saludos Historiador…

    Te felicito y te auguro lo mejor para tu proyecto de blog.

    Deseo consultarte algo:

    ¿Tienes alguna información confiable sobre la existencia histórica de Pablo en algún medio secular? Me ha sido difícil encontrar algún dato que garantice la existencia real de pablo que no sean las escrituras bíblicas. No sé si algún historiador de la época ha hecho alguna referencia directa de él.

    Ojala me pudieses ayudar. Me han preguntado varias veces en mi blog y me es difícil dar una información concreta más allá de lo que yo creo y pienso.

    Agradeciéndote de antemano.

    Noé


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  2. Bienvenido Noé.

    No, no hay ningún historiador del siglo I que hable de Pablo.

    De todas formas, eso es algo normal. Los historiadores y cronistas, hasta el siglo XIX, siempre se han interesado por la historia política y militar y no por cuestiones económicas, sociales o religiosas.

    Si no recuerdo mal (vendí el libro de Tendencias Históricas), es en el siglo XIX cuando la Escuela de los Annales plantea una "historia total" que no se centre solo en cuestiones políticas y tenga en cuenta otros hechos como el modo de vida de una sociedad, sus costumbres, la economía, etc.

    Además, el impacto de Pablo en el siglo I fue más cualitativo que cuantitativo. Hoy en día, un feligrés católico que vaya a misa a una parroquia de su barrio en una ciudad mediana, no conoce a todos los que van a misa a esa hora. Sin embargo, leyendo las cartas de Pablo se nota que los miembros de su comunidad se conocían todos entre ellos, señal de que no eran muy numerosos.

    Se pueden poner muchos ejemplos: la lista de saludos de Romanos 16 indica que los cristianos de Roma del año 57 aprox. se conocían probablemente todos; las cartas se leían en voz alta y sin micrófono, etc.

    Además de Hechos de los Apóstoles, hay en el Nuevo Testamento 13 cartas firmadas con el nombre de Pablo. De esas 13, 7 están escritas por la misma mano con un estilo que los filólogos califican de "inconfundible" (aunque tienen algunas interpolaciones) y las otras 6 son falsas y, por su contenido, se nota que son posteriores cronológicamente.

    Podría ocurrir que el autor de esas 7 cartas fuese un falsario, pero sería inverosímil. Frente al ambiente idílico y de muy buen rollito entre los cristianos que describe Hechos de los Apóstoles, las cartas de Pablo describren muchos conflictos internos, mal rollito, que la comunidad cristiana de Corinto era un putiferio (con perdón), algunas contradicciones con Hechos de los Apóstoles, etc.

    Si el personaje autor de esas 7 cartas no existió, el falsario estaría tirando piedras contra su propio tejado, lo cual sería muy inverosímil, aunque no absolutamente imposible.

    Por eso, la generalidad de los historiadores y filólogos, también los agnósticos y ateos, no dudan de la existencia del personaje. Es más, ni siquiera dudan de su existencia los mitistas que han defendido que Jesús no existió. Ni Bauer, Drews, Wells... e incluso ni Doherty, al que vapuleo en el blog, dudan de la existencia de Pablo.

    En definitiva, no hay "pruebas" de la existencia de Pablo al margen de esas 7 cartas y, en menor medida, de Hechos. Pero de lo que sí hay pruebas es de la existencia del Cristianismo y, si eliminamos a Jesús y, sobre todo, a Pablo, los quebradores de cabeza para reconstruir el origen del Cristianismo son inmensos.

    Saludos

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  3. Saludos Historiador…

    Interesantísimo lo que dices. Mas, todavía me parece extraño que no haya absolutamente ninguna mención de Pablo en los escritos extra bíblicos.

    Y cuando dices que no siempre los historiadores y cronistas se interesan en las cuestiones religiosas; creo que la excepción (al menos la más conocida) es Flavio Josefo. Como bien sabemos Josefo le dedicó muchas líneas a Juan el Bautista e inclusive a otros Pseudomesías que pululaban por ahí. Por eso me parece más que extraño que Josefo no nombrase a Pablo de ninguna manera, tomando en cuenta el enorme impacto que debió tener según su propia pluma.

    Sin embargo me parece sugestivo el tema.

    Te agradezco la respuesta y espero que no te moleste si de vez en cuando te consulto alguna que otra cosa.

    Gracias por responder.


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  4. Saludos, Noé:

    Comenzando por el final, no me molesta nada que me hagas consultas. Será un placer responderte, si puedo.

    No me parece extraño que Flavio Josefo no mencione a Pablo porque él, aunque era judío, desarrolló sus misiones principalmente por la zona del Egeo.

    Si lees sin intermediarios los dos primeros capítulos de Gálatas, que son autobiográficos, verás que en 17 años apenas hizo dos visitas breves a Jerusalén. Después, estuvo por el centro de la actual Turquía durante uno o dos años, sin mucho éxito y, más tarde, estuvo año y medio en Corinto y unos 3 años en Éfeso.

    Además, como he dicho, leyendo sus cartas auténticas se ve que el número de cristianos no era muy alto. Leyendo por ejemplo Romanos 16, que es una lista de saludos, da la sensación de que los cristianos de Roma se conocían todos.

    Sobre el número de cristianos, hay un libro que parece interesante, aunque no me lo he leído. El autor es Rodney Stark y se titula La expansión del Cristianismo. Partiendo de que Hechos 1 dice que antes de Pentecostés había unos 120 cristianos (número evidentemente simbólico, diez veces doce), calculo que su número aumentó un 40% cada década, por lo que en los años de Pablo, no debían ser muchos.

    Saludos cordiales y gracias por intervenir

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  5. Sin duda interesante tema...

    Gracias por responder y por tu hospitalidad.

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