Hace poco, un amable lector me dijó en un mensaje que le extrañaba que los evangelios no contuviesen ninguna alusión a Pablo de Tarso. En mi respuesta le dije que los evangelios tratan sobre Jesús y que cuando aluden a hechos posteriores a la muerte de Jesús lo hacen de forma un tanto críptica.
Pueden ponerse muchos ejemplos, pero voy a poner solo dos. En Hechos de los Apóstoles se dice que Herodes [Agripa I] echó mano a algunos cristianos y que "hizo morir por la espada a Santiago, el hermano de Juan" (Hch. 12:1-2). Este hecho es narrado de forma críptica en los evangelios de Mateo y Marcos, en los cuales Jesús dice a Santiago y Juan que beberán la misma copa que él (Mt. 20:20-23, Mc. 10:35-40)
Otro ejemplo es la breve escena a la que tanto debemos los amantes de la buena pintura de Jesús en casa de Marta y María, encargándose Marta de los quehaceres domésticos y María de la Palabra (Lc. 10:38-42). Esta escena que ha inspirado preciosos cuadros, en particular uno de Jan Vermeer, no es histórica sino simbólica. Cada mujer representa a un grupo de cristianos distintos y alude a un hecho futuro. Dejo que adivinéis qué representa cada mujer leyendo sin intermediarios Hechos 6:1-6.
En Hechos de los Apóstoles tenemos uno de esos pasajes crípticos que aluden a un hecho posterior y que, quizás, su respuesta esté en el Apocalipsis de Juan, pese a ser ambos libros de distinto autor.
Me refiero a una frase de un discurso que Pablo hace a los ancianos de Éfeso. El contexto es el siguiente. Pablo ha abandonado Éfeso y, tras haber pasado unos meses en Macedonia y Corinto, emprende un viaje a Jerusalén con una colecta para los pobres que Lucas conoce pero omite. Cerca de Éfeso, Pablo envía a buscar a los ancianos de esta ciudad, se encuentra con ellos en Mileto y les dirige un discurso de despedida con tono testamentario. En este discurso Pablo les dice:
"Yo sé que, después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos crueles que no perdonarán al rebaño y también que de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de sí." (Hch. 20:29-30)
Esta frase un tanto críptica no está explicada por dos motivos. El primero, porque los lectores saben a qué se refiere y no necesitan explicación. El segundo, porque si da detalles concretos se notaría demasiado que se trata de una profecía post eventum.
Por lo general, suele interpretarse que los lobos crueles son falsos maestros, pero creo que la explicación de esa metáfora puede ser otra. El Evangelio de Mateo se refiere a los falsos profetas como lobos con piel de cordero pero, el Evangelio de Lucas, utiliza la metáfora de los lobos refiriéndose a peligros: "mirad que os envío como corderos en medio de lobos" (Lc. 10:3). Por lo tanto, creo que la metáfora de los lobos puede referirse a una persecución.
Sobre esta cuestión, como vimos en el artículo anterior, el Apocalpisis de Juan contiene un eco de una persecución sobre los cristianos de Éfeso, a los que dice que han sufrido mucho por el nombre de Jesús. ¿Sufrieron a causa de los lobos crueles a los que se refiere Hechos? Es probable que sí, aunque no se puede afirmar con rotundidad.
La frase que comentamos, también alude a que habrá cristianos que enseñarán cosas perversas para arrastrar a los discípulos detras de sí. Es posible, pero solo posible, que el Apocalipsis arroje luz sobre cuáles pueden ser esas cosas perversas. Lo apunto como una hipótesis, no como algo seguro:
"Al Ángel de la Iglesia de Pérgamo escribe...Pero tengo alguna cosa contra ti: mantienes ahí algunos que sostienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balaq a poner tropiezos a los hijos de Israel para que comieran carnes inmoladas a los ídolos y fornicaran. Así tú también mantienes algunos que sostienen la doctrina de los nicolaítas" (Ap. 2:11-15)
"Escribe al Ángel de la Iglesia de Tiatira...tengo contra ti que toleras a Jezabel, esa mujer que se llama profetisa y está enseñando y engañando a mis siervos para que forniquen y coman carne inmolada a los ídolos" (Ap. 2:18-24)
Los cristianos de Pérgamo y Tiatira reciben elogios por haber sufrido persecución (lo vimos en el anterior artículo), pero también críticas por tolerar a los que incitan a comer carnes sacrificadas a los ídolos y a fornicar. Por el contrario, de los cristianos de Éfeso se dice que detectan el proceder de los nicolaítas (Ap. 2:6). Sobre este grupo, citado también en la carta a Pérgamo, como se acaba de ver, la mayoría de los autores considera que son los mismos criticados en las cartas a Pérgamo y Tiatira o, al menos, primos hermanos.
¿Son Jezabel -nombre simbólico, sin duda alguna-, los que sostienen la doctrina de Balaam y los nicolaítas los que enseñan cosas perversas? Lo considero muy probable, pero no absolutamente seguro.
El motivo principal que tengo para pensar que sí lo son es el siguiente. Hechos de los Apóstoles hace alusión a la prohibición de comer carne inmolada a los ídolos y de la fornicación, curiosamente lo que reprocha el Apocalpisis a algunos cristianos. Y esta prohibición no es mencionada una ni dos, sino tres veces (Hch. 15:19-20, 29; 21:25). El que Lucas mencione tres veces una misma prohibición, es señal de que era un tema que le preocupaba.
Saludos cordiales,
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