viernes, 15 de febrero de 2013

Conflictos entre cristianos (I): los helenistas

Hola a todos:

Quiero dedicar una serie de artículos a algunos conflictos que tuvieron lugar entre los primerísimos cristianos. 

Muchos idealizan el Cristianismo primitivo, probablemente por esta cita de Hechos de los Apóstoles:

Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno. Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. (Hch. 2:44-46)
Es probable que el autor no mienta. Si lo contrastamos con las cartas paulinas, leemos que Pablo dijo que en Jerusalén le pidieron que recordase a los pobres y, además, sabemos que hacia finales de los años 50 llevó una colecta para los pobres de Jerusalén, que debían vivir en la indigencia, probablemente por malvender sus posesiones.

Sin embargo, los primeros cristianos eran hombres y mujeres y, por lo tanto, seres imperfectos y, en consecuencia, también existieron conflictos y rivalidades, algunos más leves y otros más graves.

El primer conflicto que narra Hechos de los Apóstoles es el conflicto entre judeo-cristianos hebreos (de Palestina) y judeo-cristianos helenistas (de la diáspora judía, cuya lengua era el griego). Leámoslo sin intermediarios. 

Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana. Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: 
"No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo; mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra." (Hch. 6:1-4)

Como se sabe, los 7 hombres encargados de la asistencia a las viudas (colectivo muy desamparado en esa época), fueron llamados diáconos. ¿Existió realmente este conflicto? No hay motivos serios para dudarlo. ¿Qué interés podría tener Lucas, que intenta idealizar los primeros años del Cristianismo, en contar un conflicto que no tuvo lugar?

Además, si leemos las cartas auténticas de Pablo, podemos ver que existían los diáconos ¡y diaconisas, como Febe!, algo que, en la Iglesia Católica, les gusta destacar a los partidarios de que pueda haber mujeres sacerdotisas.

En el Evangelio de Lucas tenemos un eco de este conflicto y de su resolución mediante una división del trabajo. Mejor dicho, más que un eco, lo narra con una famosa escena simbólica, la de Jesús en casa de Marta y María, que ha inspirado muchos cuadros como este precioso de Vermeer.


Leamos de nuevo sin intermediarios el texto de esta escena, situada ¿estratégicamente? después de la conocida parábola del buen samaritano:

Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo:
"Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude."

Le respondió el Señor:
"Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada" (Lc. 10:38-42)
Este texto ha sido utilizado por algunos para defender que Jesús, salvando las distancias, era feminista, mientras que los hay que lo han utilizado para defender lo contrario. En realidad, opino que el autor no pretendía ni lo uno ni lo otro. Mi tesis es que se trata de una alegoría en la que Marta simboliza los helenistas y María a los apóstoles que se dedican a la "Palabra". Comparando las dos escenas, puede pensarse que el autor da una pista al utilizar en ambas la palabra "Palabra" (también en la versión original griega), valga la redundancia.

Saludos cordiales,

2 comentarios:

  1. Hola. No me parece fiel el articulo. Creo yo que no fue "por malvender" las posesiones que los cristianos se quedaron en pobreza, sino por una obra nacida "por amor" a sus hermanos. Vendian las posesiones porque amaban a su projimo (como falta este amor en el dia de hoy) y no podian verlo en necesidad. Hechos 2 y 4 reflejan a la perfeccion lo que deberia ser la iglesia.

    Pusieron en obra los mandamientos de Jesus al hacer eso. Lucas 14:33 dice "Asi pues, cualquiera que no renuncia a todo lo que posee no puede ser mi discipulo" y Lucas 12:33 dice "vended lo que poseeis y dad limosna", lo mismo con las historias del joven rico y zaqueo.

    Demasiada teologia nos ha cegado para no ver la verdadera esencia del cristianismo, el amor a Dios y al projimo. Cuanto libro que hay, cuanto estudioso, cuanto maestro y erudito. Pero frente a esa pobreza que "sufrio" la iglesia en jerusalen, Jesucristo les dijo "Bienaventurados los pobres". Y los bendijo con paz, amor y perseverancia.
    La iglesia primitiva fue la mas rica en fe, amor y perseverancia frente a la persecusion de lo que se vio en toda la historia del crisitianismo. No se, pero no me pareció justo, el analisis que usted observó. No tiene fundamento bíblico ni histórico. De hecho el vender las posesiones y dar a los pobres es una ordenanza para cada discipulo, dada por el mismo Señor. Ordenanza que se siguio hasta el dia de hoy por algunos y ordenanza que si no nace del amor, no sirve. (1 co 13)

    Saludos

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  2. Saludos Anónimo.

    Lo que he escrito yo y lo que dices tú creo que no es incompatible. Los cristianos podían malvender sus bienes con la intención de ayudar a los más desfavorecidos.

    Yo he escrito que "probablemente" malvendían sus bienes, pero no he citado las intenciones de esa venta, que doy por hecho que eran buenas.

    Gracias por comentar

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